Estudios relacionados con la aplicación de neurofeedback en el entranamiento para obtener un mayor rendimiento intelectual y físico

Hardt y Kamiya constataron que el incremento de la participación de las ondas Alfa disminuye el nivel de ansiedad (y al revés: menor participación de las ondas Alfa se asocia con la intensificación de la ansiedad). Se observó también que el aumento de las ondas Alfa fue acompañado de la potenciación de la creatividad y resistencia psíquica especialmente en condiciones de rivalidad.

En unos estudios independientes, Watson confirmó el impacto del entrenamiento de las ondas Alfa en la disminuición de la ansiedad. Constató además la persistencia del efecto conseguido durante un plazo de 18 meses desde la finalización del entrenamiento. Asimismo observó la mejora del funcionamiento de la memoria a largo plazo, de la velocidad de procesamiento de las informaciones, perciptibilidad y capacidad de tomar las decisiones.

Hartfield (y posteriormente también Crews y Landers) notaron un considerable aumento de la presencia de las ondas Alfa en la parte izquierda de las áreas parietal y temporal entre los tiradores, arqueros y jugadores de golf justo antes del tiro / bastonazo.

Hardt y Gale puntualizaron que un aumento de la frecuencia de las ondas Alfa provoca un notable aumento de la soltura y fluidez en la creación de conceptos e imágenes, lo que constituye una base para resolver problemas.

Sterman y otros demostraron que el agotamiento por trabajar demasiado provoca un debilitamiento duradero de las ondas Alfa acompañado de demasiada concentración en el mundo externo, ansiedad y poca flexibilidad a la hora de resolver problemas.

Sterman y otros observaron que mientras en el cerebro se originan los procesos cognitivos, la presencia de las ondas Alfa cambia cíclicamente en algunas áreas de la corteza sensomotora. Al terminarse un determinado fragmento del procesu de transformación de datos, se vuelve nuevamente al estado de una "sincronización" con el predominio de las ondas Alfa de una frecuencia de 8-10 Hz. La ralentización de este retorno a la sincronización implica un deterioro de los procesos de discernimiento, memoria y asociación de ideas.

Putnam sometió a un grupo de soldados a un método de neurofeedback durante el cual al mantener una persona los ojos abiertos aumentaban las ondas Alfa. Este entrenamiento, además de incrementar la amplitud de las ondas Alfa, disminuía las ondas Theta. Según el autor, este método puede ser utilizado de manera profiláctica antes de la realización de tareas bajo situación de estrés y presión, que requieran un prolongado enfoque en el entorno. Dicho entrenamiento podría contrarrestar un "desgaste psíquico".

Craford y otros llegaron a la conclusión de que en personas con enfoque duradero que cometen menos errores y tomen decisiones de manera más efectiva, bajo las condiciones de concentración se realiza un aumento de las ondas Alfa de alta frecuencia en el hemisferio izquierdo.

Los estudios de Neubauer y otros sugieren que en personas más inteligentes al reaccionar ante estímulos existe una menor desincronización de las ondas Alfa de alta frecuencia.

Los estudios de Klimesch indican que la red de neuronas encargada de la memoria semántica viene activada sincrónicamente en el rango superior de la banda Alfa (aproximadamente 12 Hz).

Sterman, investigando en un grupo de gatos, descubrió ondas rítmicas de frecuencias entre 12 y 15 Hz en el área de la parte superior del cráneo en un estado de alerta antes de recibir un estímulo (las ondas SMR). En los experimentos sucesivos, los animales, premiados siempre cuando generaban dichas ondas, aprendieron a generarlas "a voluntad". Por casualidad se descubrió también que los gatos entrenados de esta manera resultaron ser mucho menos susceptibles a sustancias que les producían convulsiones.

Sterman detectó la presencia de las ondas SMR en humanos. El entrenamiento que aumentaba este tipo de ondas atenuaba los síntomas de la epilepsia. Otros estudios sugieren que dicho entrenamiento incrementa la capacidad del organismo a mantener homeostasis (equilibrio fisiológico).

Vernon y otros investigaron el entrenamiento que aumenta las ondas SMR. Según sus observaciones, mientras incrementa su amplitud, disminuye el nivel de las ondas Theta y las ondas Beta de frecuencias más altas. El entrenamiento mejoraba considerablemente los resultados de las pruebas para la evaluación de memoria operativa y, en cierta medida, del enfoque.

Beatty y otros notaron que las tareas monótonas implican el aumento de las ondas Theta. El entrenamiento que disminuía este tipo de ondas disminuía a la vez el número de fallos cometidos por los operadores de radares.

O'Hanlon y Kelly constataron que existe una relación entre la generación de las ondas Theta y el número de errores cometidos por los conductores de vehículos en los tramos de larga distancia.

Rasey y otros comprobaron que los estudiantes obtienen unos resultados mucho mejores en las pruebas audiovisuales gracias al entrenamiento que disminuye las ondas Theta aumentando al mismo tiempo las ondas SMR.

Garroute y Aird afirmaron que para el 75% de patrones simétricos EEG de ambos hemisferios, las ondas Alfa y Beta se caracterizan por un alto grado de sincronización (el desfase temporal de las ondas provenientes de ambos hemisferios no fue superior a 5-10 ms). Los científicos aventuraron la hipótesis de la existencia de un estimulador central que origina el funcionamiento sincrónico de los hemisferios.

Banquest (y posteriormente también Levine y otros) descubrieron un nivel de sincronización de las ondas Alfa en ambos hemisferios mucho más alto en las personas sumidas en profunda meditación. En las mismas personas, durante la realización de ejercicios analíticos se constató la predominación del hemisferio izquierdo, y para los ejercicios de coordinación viso- motora, la del hemisferio derecho, a diferencia de un grupo de personas que no practicaban la meditación.

Fehmi estableció que el ciclo de sesiones del entrenamiento que aumenta la sincronización de las ondas Alfa entre muchos puntos de la corteza cerebral provocó una optimalización de varias funciones psíquicas: concentración, percepción, autoconsciencia, intuición, serenidad y satisfacción de la propia vida. Fehmi considera que el nivel de sincronización de las ondas Alfa en estados de relajación es una medida de comunicación entre diferentes áreas del cerebro, especialmente sus hemisferios.

Tornton descubrió la relación entre la coherencia de las ondas Alfa en el hemisferio y los resultados obtenidos en las pruebas de evaluación de la memoria auditiva.